
Frente a toda su familia Ana y Noah son lo típicos primos que se odian y pasan sus días peleando. Pero cuando las luces se apagan y no hay nadie a su alrededor dan rienda suelta a una desenfrenada pasión que con el paso de los años se ha vuelto más compleja e intensa.
-Feliz año nuevo, querido primo.- Susurré. Fue entonces que todas las barreras entre nosotros se derrumbaron y olvidamos por completo el lazo de sangre que nos unía. Nuestros labios hicieron contacto de forma violenta u desesperada. Habían pasado muchos meses desde la ultima vez que habíamos podido estar tan cerca.
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